El juego de palabras 1
EL JUEGO DE PALABRAS
El Juego de Palabras (o Anagrama) es una figura retórica que consiste en la transposición de las letras de una palabra dando como resultado otra palabra completamente distinta.
Ejemplos:
¡Pardiez, qué rapidez de patria pirata! Tras reanimar a la marinera y operar sin reparo con maestría de Artemisa su mutilación o ultimación, tras un penúltimo pulimento el pragmático pictograma pasa a su escenario necesario, donde con rutina de nutria, afición de oficina y refinamiento de enfriamiento queda como piropo propio de paraje sin pareja, mentidero mordiente maternal de lamentar la valentía de Leviatán.
Amor tiene cuatro letras,
vamos a jugar con ellas.
¿Lo ves? Ya estamos en Roma.
Por todas partes se va.
Por todas partes se llega.
El viaje Amor Roma Amor
con billete de ida y vuelta.
Y ahora a jugar con los dados.
«Alea jacta est». Espera.
¿Qué lees? Ramo. ¿Qué escuchas?
El ruiseñor se queja
de amor que en el ramo canta,
de amor que en el ramo mora.
Otra vez los dados vuelan
por el aire. Y cae Omar,
un príncipe de leyenda.
¿Amor de Omar? Falta ella.
Arriba los dados. Mora.
Amor de Omar a la mora.
Amor de la mora a Omar.
Siempre armo un juego de amor
que de ramo y que de mora.
Y vienen y van las letras
Buscando ese amor o mar.
Anagrama / amar gana / Anagramas / a ganar más
Istmo de Panamá / Tío Sam me da pan
La contravino / No lo vi cantar
La revolución francesa / Un corso clave la frena
El huevo de chocolate / Hecho de vate locuelo
Pero en volandas unos vándalos sin temperancia y pícaramente la arrojaron a las aguas con guasa para que solamente el salmonete sorteador soterrado espaciare y apreciase su linda figura en el submarino urbanismo. Con tenso tesón en un tierno trineo de su resumido sumidero como muestra del neutralismo y luteranismo con un presupuesto superpuesto de su ácida caída la han recuperado entera y eterna.
Irónicamente es el renacimiento imperdonable e imponderable de su incesante sentencia de magia amiga o fiasco sáfico de flirteo de fieltro, friolera de florería, dualismo simulado egocéntrico y geocéntrico de maldición dominical. ¿Prefacio o profecía de erotismo isotermo, la sirenita lo sentiría?
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